Se ha hablado mucho del "poder de uno", lo cual es totalmente cierto y cuando uno hace conciencia, provoca un efecto dominó a su alrededor que sacude otras conciencias y cuando esto ocurre, el cambio es positivo. El despertar de una persona logra avivar a otras a su alrededor de una u otra forma, nunca es ignorado, siempre hay una respuesta a ese cambio, a ese despertar y el entorno siempre se ve beneficiado.
Eso lo podemos ver claramente en relación a grupos de personas, pero ¿cómo afecta ese despertar al entorno? Cuando una persona y luego, un grupo de personas han empezado a despertar, son personas que piensan en la relación que ellas tienen con ellas mismas y con el universo, su lugar en el cosmos y esa reflexión existencial hace que las personas vean a su entorno de una forma diferente y es cuando su desarrollo personal hace que las relaciones con los animales, las plantas y el medio ambiente sea más intensa y más real.
Claro que un despertar así no es patrimonio del trabajo de la Programación Neurolingüística, en ese sentido es sólo un camino más que tiene sus características propias y ofrece sus ventajas, pero en ningún modo es una panacea. Sea cual sea el camino, lo que queremos enfatizar es que un cambio integral, profundo y real es un cambio que empieza en el individuo y se extiende a todas sus relaciones humanas en diferentes círculos y siempre alcanzará a la relación que la persona tiene con el mundo, con el medio ambiente, este alcance ecológico es el pináculo de un proceso generativo y evolutivo.
Cuando en Programación Neurolingüística hablamos de un mundo mejor, no sólo nos referimos a la esfera emocional y psicológica de la persona, sino al entorno físico donde nos desenvolvemos y a los seres con vida que encontramos ahí: esta es la dimensión del cambio que trabajamos y defendemos y la dimensión del cambio que necesitamos.
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