
Hay hipótesis que apuntan a problemas psicológicos, no enfermedades o trastornos, si no a un conjunto de situaciones que perturban el estilo de vida, generando un desequilibrio psíquico que culmina en el dolor. Con esto no se quiere decir que el dolor sea sólo un invento psicológico. En estos casos se apunta a que el organismo está desequilibrado y la forma de expresar esta anomalía es a través del dolor.
Esta conjetura ha hecho que cada vez más las personas opten por tratamientos alternativos al farmacológico con resultados variados. Esto significa que hay personas que hallan alivio en un tratamiento alternativo mientras estén con él, es decir, no lo cura, lo trata. Igual que el farmacológico sólo que sin tomar sustancias químicas. Otros tratamientos sí reportan una disminución muy importante en la experiencia del dolor y otros simplementen no ayudan en nada.

Se empieza a hacer una revisión de la sintomatología completa, desde cuándo empezó y las creencias y valores asociados a la vida de la persona en cuestión; así mismo una valoración existencial completa y todo lo relacionado a la experiencia misma del dolor. Ya que se ha descubierto que hay pensamientos, hábitos de vida, creencias y conductas que afectan directamente la experiencia misma del dolor.
Seguieremos hablando en las próximas entregas acerca de las migrañas, la fibromialgia, la artritis, el reuma y el dolor asociados al cáncer. Los esperamos. Buen fin de semana.
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