San José, Costa Rica; Febrero, 2015
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¿La madurez puede ser que nos alcance en la vida? No. Hay que buscarla, alcanzarla, cuidarla y anhelarla. No viene como un regalo, ni viene con una u otra clase particular de experiencia. La forjo a partir de lo que me sucede, es mi decisión. Y por supuesto, requiere determinación.
Sumado a la madurez y de las características que hemos mencionado, hay una particularmente importante y es la capacidad de perdonar, a los demás y a mí mismo.
La culpa y la vergüenza, el orgullo, el dolor y la amargura, son el resultado de no perdonar. Acá vale recordar que el perdón es para liberarme a mi mismo de aquello que me hirió, es para poder continuar mi camino, para ser libre, para cerrar mi herida, para alcanzar mi paz.
Nunca es justificar lo que otro o yo mismo hice, nunca es para desavalorizarlo o miniizar el daño, es simplemente porque lo necesito. Las personas que no perdonan llenan su vida de más dolor y nunca se permiten cerrar esa herida. Tienen mucho miedo y se quedan estancadas en el pasado. Así nunca alcanzan la madurez.

Es una definición abstracta. Tal vez. no puedo encontrar otra definición más sencilla sin ponerme más técnico. A veces los tecnicismos matan la esencia de lo que intenatn explicar y lo convierten en un concepto hueco y sin vínculo con la vida.
Ser maduro, pues y atreviéndome a dar una idea de lo que eso significa, es ser feliz, agradecido, optimista y libre en la vida, sin apegos y dispuesto a vivir con lo que me toca vivir y luchar con la actitud de siempre ganar y que obtendré lo que quiero, aunque sé que no será así. Me quedé corto, claro que si. Me cuesta definir algo en lo que estoy intentando todos los días conseguir. Lo confieso. Espero que al igual que yo, estemos en la misma lucha y buscando lo mismo, definitivamente el mundo necesita de gente así. He dicho.
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Lic. Eduardo Álvarez
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