Mencionábamos en el artículo anterior, que para la PNL no tiene sentido hablar de enfermedad y que cambiar la palabra provocaba un efecto positivo inmediato en la persona.
No quiere decir que la persona no sufra ansiedad o dolor, esas emociones están ahí, pero la comprensión que ella misma tenga de eso es muy importante.
Si una madre la llaman de la escuela y le dicen que su hijo "tiene" déficit atencional y que es "lerdo" para aprender; si ella lo cree el niño lo va a creer. Eso marcará su personalidad y generará creencias limitantes para el resto de su vida, por el efecto pigmalión.
Pero si ella concibe a su hijo con un niño que necesita solamente averiguar su metodología personal de aprendizaje, el panorama es muy alentador y la madre no tiene que "cargar" con un niño problemático.
Las palabras tienen un efecto muy poderoso en el cuerpo y la mente. La ciencia lo está demostrando actualmente. Esto conlleva la posibilidad también de que con las palabras se puedan modificar estados mentales y físicos, algo que se sabe hace mucho tiempo.
La PNL versa sobre las maneras de realizar esto de una forma más metódica y científica.
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