
En el famoso libro de John Gray "Marte y Venus en el dormitorio", el autor explica una sutileza que habíamos mencionado anteriormente:
"La seducción y el juego previo le dan tiempo para relajarse y desprenderse gradualmente de sus inhibiciones. Los toques lentos, ritímicos e imprevisibles, las caricias y la frotación de las zonas no erógenas, despiertan gradualmente un deseo más intenso de ser tocada en las zonas erógenas. Para permitir que un hombre la satisfaga, ella necesita primero tiempo para relajarse y sentir esa parte de sí que necesita ser colmada."
El mejor amante es el de mano lenta. Gray detalla que la mujer, entre más tiempo se tarden con ella para estimularla directamente, aviva su deseo y su excitación. No sucede lo mismo con el hombre, pues fisiológicamente son muy diferentes.
Cada parte erótica de la mujer ha de estimularse indirectamente, como si fuera un juego. Intentando tocar y luego ya no, provocando, haciendo que lo desee y que lo sienta. Igual con la boca, los labios se besan suavemente una y otra vez hasta que ella esté más dispuesta y empiece a marcar el ritmo.
Un punto importante que a menudo se olvida de parte de los hombres es el clítoris: su estimulación es tan importante como acariciar el pene en el hombre. Se necesita conocimiento para su ubicación, toque personal, presión, ritmo y velocidad. Si no es bien estimulado generará dolor en vez de placer y es una forma rápida de apagar el deseo y es algo que no se quiere.
Cuando el hombre está excitado, fisiológicamente concibe el tiempo de manera diferente. Cree que pasa más rápido de lo que es. Para él pueden haber pasado 20 minutos cuando en realidad han sido cinco. Muchas mujeres se quejan de la rápido que sus parejas las abordan sexualmente, ya que ellas conciben el tiempo de una manera más lenta.
Continuaremos la próxima semana.
"La seducción y el juego previo le dan tiempo para relajarse y desprenderse gradualmente de sus inhibiciones. Los toques lentos, ritímicos e imprevisibles, las caricias y la frotación de las zonas no erógenas, despiertan gradualmente un deseo más intenso de ser tocada en las zonas erógenas. Para permitir que un hombre la satisfaga, ella necesita primero tiempo para relajarse y sentir esa parte de sí que necesita ser colmada."
El mejor amante es el de mano lenta. Gray detalla que la mujer, entre más tiempo se tarden con ella para estimularla directamente, aviva su deseo y su excitación. No sucede lo mismo con el hombre, pues fisiológicamente son muy diferentes.
Cada parte erótica de la mujer ha de estimularse indirectamente, como si fuera un juego. Intentando tocar y luego ya no, provocando, haciendo que lo desee y que lo sienta. Igual con la boca, los labios se besan suavemente una y otra vez hasta que ella esté más dispuesta y empiece a marcar el ritmo.
Un punto importante que a menudo se olvida de parte de los hombres es el clítoris: su estimulación es tan importante como acariciar el pene en el hombre. Se necesita conocimiento para su ubicación, toque personal, presión, ritmo y velocidad. Si no es bien estimulado generará dolor en vez de placer y es una forma rápida de apagar el deseo y es algo que no se quiere.
Cuando el hombre está excitado, fisiológicamente concibe el tiempo de manera diferente. Cree que pasa más rápido de lo que es. Para él pueden haber pasado 20 minutos cuando en realidad han sido cinco. Muchas mujeres se quejan de la rápido que sus parejas las abordan sexualmente, ya que ellas conciben el tiempo de una manera más lenta.
Continuaremos la próxima semana.