
El lunes decíamos que hay criterios que pueden ayudar a las personas a tomar decisiones de manera efectiva, generando estrategias adecuadas y pertinentes a cada contexto y situación.
Uno de estos criterios es que la estrategia tenga un componente o un paso de visualización a futuro. Imagine la situación de una persona que compra y compra cosas para la casa (adornos, muebles) y no tiene campo, porque no ha terminado la sala. Si hubiera visualizado se daría cuenta que no podía utilizarlos y que era mejor invetir en otra cosa. Si se trata de algo que se va usar (ropa o accesorios de esa índole) una visualización conjuntamente con una proyección a futuro de cómo se sentiría esa accesorio (ropa, zapatos, abrigo, anteojos, etc) sería muy útil también.
Otro punto importante es utilizar todos los criterios a la vez. Valorar las condiciones y contextos, las consecuencias a corto y mediano plazo y el impacto que genera esa decisión a su alrededor. Otro ejemplo clásico es el de la comida, donde las personas ven algo rico y se lo comen. Dejando por fuera la sensación de hambre o llenura que tengan, la hora de la comida, el lugar y el tipo de comida que ingerirían y por supuesto, las repercusiones que eso tiene en la salud.
También es importante usar todas las submodalidades. Es usar la visualización, el diálogo interno y lo kinestésico (sensaciones, olores y gusto), tanto pasadas como construidas (proyecciones a futuro) para enriquecer la toma de decisiones.
Considerar las consecuencias futuras ecológicamente. Esto significa pensar que pasaría si lo compro y qué pasaría sino lo compro, o si lo hago o no lo hago; que cambiaría en mi entorno inmediato, cómo repercutiría en mí y en m9is finanzas, tiempo y recursos y en las personas a mi alrededor. Dependiendo claro de lo que esté decidiendo.
Es una estrategia fundamental en el diario vivir, conforme esté más desarrollada y enriquecida favorecerá mucho nuestra vida.
Hasta la otra semana.
Uno de estos criterios es que la estrategia tenga un componente o un paso de visualización a futuro. Imagine la situación de una persona que compra y compra cosas para la casa (adornos, muebles) y no tiene campo, porque no ha terminado la sala. Si hubiera visualizado se daría cuenta que no podía utilizarlos y que era mejor invetir en otra cosa. Si se trata de algo que se va usar (ropa o accesorios de esa índole) una visualización conjuntamente con una proyección a futuro de cómo se sentiría esa accesorio (ropa, zapatos, abrigo, anteojos, etc) sería muy útil también.
Otro punto importante es utilizar todos los criterios a la vez. Valorar las condiciones y contextos, las consecuencias a corto y mediano plazo y el impacto que genera esa decisión a su alrededor. Otro ejemplo clásico es el de la comida, donde las personas ven algo rico y se lo comen. Dejando por fuera la sensación de hambre o llenura que tengan, la hora de la comida, el lugar y el tipo de comida que ingerirían y por supuesto, las repercusiones que eso tiene en la salud.
También es importante usar todas las submodalidades. Es usar la visualización, el diálogo interno y lo kinestésico (sensaciones, olores y gusto), tanto pasadas como construidas (proyecciones a futuro) para enriquecer la toma de decisiones.
Considerar las consecuencias futuras ecológicamente. Esto significa pensar que pasaría si lo compro y qué pasaría sino lo compro, o si lo hago o no lo hago; que cambiaría en mi entorno inmediato, cómo repercutiría en mí y en m9is finanzas, tiempo y recursos y en las personas a mi alrededor. Dependiendo claro de lo que esté decidiendo.
Es una estrategia fundamental en el diario vivir, conforme esté más desarrollada y enriquecida favorecerá mucho nuestra vida.
Hasta la otra semana.
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